Juicio en Posadas | Werner Lutz habló de la muerte del motociclista que atropelló en 2016: “Es un karma que me va a acompañar siempre”
Fernando Fabián Vázquez, tenía tan sólo 24 años cuando fue atropellado y asesinado en 2016. El imputado, Julio Werner Lutz era un año más joven que su víctima al momento de la tragedia, pero en enero de este año cumplió 30 y hoy le toca responder ante la ley.
“Se aplicará reclusión o prisión de ocho a veinticinco años al que matare a otro”, expresa en su artículo 79 el Código Penal argentino, por cuyo delito llegó a debate oral y público Julio Werner Lutz.
El Tribunal Penal, en esta oportunidad, tuvo que trasladarse desde su sede por calle La Rioja hasta las instalaciones del Palacio de Justicia de esta capital, donde el debate se llevará a cabo hasta el jueves de esta semana.
Gustavo Bernie ejerce como presidente y lo acompañan los magistrados Viviana Cukla y Miguel Mattos, Juez de Instrucción Siete, quien actúa por subrogación legal. Martín Rau está al frente del Ministerio Público Fiscal, mientras que los abogados Sixto Luján y Eduardo Paredes actúan como defensores del encartado.
Por secretaría, se dio lectura al requerimiento de elevación a juicio realizado por la Fiscal de Instrucción Uno, Amalia Spinatto. Además, con el fin de dar celeridad al debate, se incorporaron los testimonios de Lisandro Cantero, Javier Viera, Rossana Verti, Cristian Pereyra, Matías Gasano (fallecido), Cristian Álvarez, María Victoria Valiente, Javier Jaime, María Ruiz Díaz y Gonzalo Silva.
Exceso, choque y muerte
El hecho investigado se remonta al 20 de agosto de 2016, cerca de las 21:30 horas, sobre las avenidas Alicia Moreau de Justo – ex ruta 213 – y su intersección con Las Américas.
Según la fiscal Spinatto, Fernando Vázquez (24) aguardaba la luz verde en el semáforo de la citada intersección cuando es embestido de atrás por un Ford Fiesta, conducido por Werner Lutz. Sus acompañantes, dos mujeres, les avisaron que había una motocicleta pero hizo caso omiso. Lo chocó y el motociclista salió despedido unos 100 metros. El rodado se detuvo dos cuadras debido que su copilota accionó el freno de mano.
Las pruebas hacen referencia a que el hecho y la responsabilidad del imputado, quedaron acreditados. El automóvil marca Ford fiesta, se desplazaba a altas velocidades, trasponiendo varios semáforos en rojo y embistió deliberante a Fernando Vázquez, quien se encontraba detenido en el semáforo en su moto de 125 cilindradas. Por el alto impacto, este último perdió la vida al instante.
Se observaron marcas de arrastre. A 100 metros, se halló el cadáver de la víctima, su motocicleta y una mochila de su propiedad. A 200 metros de la zona de impacto, estaba estacionado el auto de Werner Lutz.
La autopsia fue vinculante a una muerte violenta, con politraumatismo gravísimos, hemorragia cerebral masiva, fracturas, estallido de hígado y vaso, traumatismo en miembros inferiores y superiores.
Testigos del hecho, mencionaron que dentro del automóvil que conducía el imputado, había una conservadora cargada con bebidas alcohólicas y aseguraron que, dos vehículos se detuvieron e intentaron llevársela del lugar, pero los vecinos no lo permitieron. Minutos más tarde, llegó en una Berlingo el padre del acusado, quien cargo el helatodo en la camioneta.
Un amigo del imputado aseguró que aquella noche, a la salida del autódromo donde estuvieron reunidos, Werner Lutz lo cruzó por la ex ruta 213 a toda velocidad, acompañado por dos jovencitas. Declaró que cuando llegó al “Chango Más”, observó a un muchacho tirado, el auto del imputado unos metros después y a dos mujeres paradas al lado, quienes le pidieron que las llevase al Hospital.
Florencia y Sabrina, quienes comparecerán en las siguientes jornadas, fueron las acompañantes de Werner Lutz aquella trágica tarde/noche. Ambas, en la instrucción, declararon que el imputado había “tomado cerveza y fumado un porro”, iba a exceso de velocidad, desafiante y que era consciente de que en el semáforo había una motocicleta parada.
Textualmente, Sabrina Chávez dijo que “Estaba en casa de mi mamá, llegó Julio a buscarme para ir al Autódromo porque había una expo de auto. La buscamos a mi amiga Florencia. Tomamos cerveza con Werner, salimos y él le desafió a su amigo Denis, pero este no le hizo caso”.
Continuó, “Iba a gran velocidad por la 213, zigzagueando, le decíamos que pare pero no nos hacía caso, pasaba en rojo los semáforos como si no existieran. Vimos que había un chico en moto parado, le avisé, el lo vio pero igualmente aceleró. Frenó solamente porque yo accioné el freno de mano”. Por último confirmó que el imputado “tomó cerveza y fumó un porro”.
Werner Lutz se negó al examen de alcoholemia.
“Voy a llevar esta mochila toda mi vida”
Dándose inicio formalmente al debate, el presidente del Tribunal le preguntó al encartado si deseaba declarar, diciendo este que sí pero que no respondería preguntas de las partes porque estaba “muy nervioso”.
Julio Werner Lutz nació el 26 de enero de 1996, actualmente tiene 30 años y un hijo de 7. Se desempeña como comerciante, precisamente en la reparación y venta de accesorios para celulares.
“Quisiera pedir mis más sinceras disculpas a la familia, lo que pasó fue una tragedia, no se lo desearía a nadie. No hay día que me levanté y pueda seguir mi vida normal después de esto que pasó. Nunca quise que sucediera algo así. Voy a llevar está mochila toda mi vida, es un karma que me va a acompañar siempre. En todo momento estuve a disposición de declarar, pero por mis abogados no pude hacerlo”, comenzó exponiendo.
Contó que aquel 20 de agosto, estaba en el Autódromo Rosamonte de Posadas, en un encuentro y exposición de automóviles. Se cruzó con dos amigas y compró tres latas de cerveza.
“Tomé unos tragos y vi que era hora de ir a cerrar mi local. Salí apurado, íbamos con la música al máximo. Cuando entro a la rotonda, me pongo detrás de un auto. Llegando al semáforo, veo que la luz está titilando, el de adelante frenó y yo pego un volantazo a la derecha y, jamás vi la moto, impacte con algo. Sin saber que pasó, los airbag se activan, sentí vidrios en los brazos, frene el auto como pude, baje y grite porque no entendí lo que había pasado. Una persona vino y me dijo que le había chocado a alguien, no podía creer porque no había visto la moto. Le llamé a mi papá para que venga a asistirme. Llega un Peugeot 206, bajan una conservadora y se va de la escena con las chicas”.
Luego expresó que, al momento que llegó una patrulla de la Policía de Misiones, “le pedí que me detenga por lo que había hecho. Estuvimos una hora en la camioneta hasta que me llevaron a la comisaría. Lo primero que hago es decirle a la policía que no había visto la moto, pero mi abogado me dijo que no iba a declarar. Tenía 23 años, no sabía nada de leyes”.
Werner Lutz estuvo catorce meses detenido en la Unidad Penitenciaria VI. “Cuando recupero mi libertad, me voy al oculista y me hacen unos estudios, me dicen que tenía un nervio grave en el ojo izquierdo. El neurólogo detecta que tengo un tumor en el cerebro. Estuve en terapia. Me detectaron que tengo insuficiencia renal y tiroides. Si yo hubiese conocido que tenía ese problema antes, jamás hubiese manejado, pero me enteré de todo esto en 2019, cuando al parecer todo viene del 2015. Hoy se que no puedo volver a manejar porque el tumor se agravó”.
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Cerró y expresó que, “Espero que algún día puedan llegar a entender lo que pasó esa noche, pero se lo difícil que es para todos. El último día que estuve en la Unidad Penal, atentaron contra mi vida y me dieron un puntazo en la tetilla”.
El único testigo de la jornada fue el Licenciado en Criminalística Juan Carlos Vázquez, quien en el lugar del hecho analizó el sentido de circulación y velocidad del vehículo del imputado, y la escena. “No observé marcas de frenado en la cinta asfáltica, ni antes ni después del impacto. No hubo un volantazo antes del impacto y la velocidad estimada es de 99,05 kilómetros por hora. Cuando se produce el impacto, hay una marca de arrastre, la cubierta de la motocicleta estaba inerte”.