El Gobierno nacional enviará un proyecto al Congreso para reactivar los juicios por los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA

El Presidente quiere impulsar el juicio oral y público en ausencia y su equipo está trabajando en los detalles de la propuesta. Ya lo tiene en cartera el secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravio. Se trata de la modificación del código Procesal Penal mediante la integración del artículo 290 bis.
Además, quiere derogar la obligatoriedad de la presencial personal del imputado para poder avanzar con el proceso judicial en algunos delitos especiales, como los calificados de terrorismo, genocidio y de Lesa Humanidad.
La propuesta establece que el juez podría continuar con el juicio en ausencia luego de un plazo de doce meses desde la orden de captura internacional. El Estado le asignaría un defensor oficial al acusado a menos que haya designado uno previo a la declaración de rebeldía.
La Cámara Federal de Casación Penal sentenció en abril que los ataques contra la embajada de Israel y la sede de la AMIA respondieron operativamente a la República Islámica de Irán y le atribuyó la ejecución a la organización terrorista Hezbollah.
Los jueces Carlos Mahiques, Diego Barroetaveña y Ángela Ledesma lo calificaron además como un crimen de Lesa Humanidad y pidieron reformas legales para juzgar a los acusados en ausencia.
Diputados y senadores de distintas fuerzas ya presentaron proyectos separados para instalar el sistema de juicio en ausencia, pero la propuesta nunca logró media sanción. Se trata de Julio Cobos (UCR), Mariana Stilman (CC) y Alejandra Vigo (Cambio Federal), entre otros.
Milei quiere impulsar esta modificación judicial a la par de la reforma de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que volverá a ser la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y estará conformada por tres agencias: Defensa, Seguridad Interior y Tecnología. La primera se encargará de la política exterior y estará liderada por el exagente Alejandro Colombo.
¿Qué sucedió el 18 de julio de 1994?
La mañana del 18 de julio de 1994, la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina, la AMIA, sufrió un atentado terrorista. El edificio de la calle Pasteur 633, en el barrio de Once de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fue literalmente destruido tras la explosión de una bomba. El atentado, que tuvo lugar a las 9.53 hs, dejó un saldo de 85 víctimas y más de 300 heridos.
La AMIA es una institución centenaria fundada en 1894. En sus comienzos, sus esfuerzos se concentraron en la creación de un cementerio para poder cumplir así con las leyes y costumbres milenarias que rigen la historia y las tradiciones de la comunidad, vinculadas con el momento del fallecimiento de un ser querido.
Con la llegada de los sucesivos contingentes migratorios, las actividades de la AMIA crecieron y se diversificaron. A partir de 1920, con el aumento de la población judía del país y su progresiva integración a la sociedad, la institución se convirtió en el espacio de articulación y participación de los judíos de la Argentina. La pujanza de su desarrollo quedó reflejada cuando abrió sus puertas, en 1945, su histórica casa de Pasteur 633.
La inauguración del nuevo edificio, emplazado en el mismo lugar que el anterior, se realizó el 26 de mayo de 1999, cinco años después del atentado. Bajo el lema “Por la justicia y por la vida”, la institución reabrió oficialmente sus puertas a las 9.53, el mismo horario en que explotó la bomba.
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