Exceso de pantallas: doctora en tecnologías educativas advierte sobre los riesgos del uso temprano de dispositivos móviles en niños

Según explicó Gilardoni, en un principio se creía que el manejo de tecnología desde una edad temprana podría aumentar la inteligencia de los niños. Sin embargo, diversas investigaciones han demostrado que esto es contraproducente, ya que muchos bebés son expuestos a pantallas desde muy pequeños.
La especialista subrayó que la UNESCO insta a regresar al modelo de interacción humana para el desarrollo infantil. «Un niño necesita interactuar con otro para constituirse como persona, lo que no le da la pantalla», sostuvo Gilardoni. Añadió que los videos cortos que suelen ver los niños generan una serie de imágenes y movimientos que su cerebro no logra asimilar adecuadamente, lo cual provoca hiperactividad, problemas de comunicación y lenguaje, e incluso dificultades para dormir. «Las luces azules de las pantallas interfieren con la melatonina, la hormona que regula el sueño», explicó.
El impacto negativo del uso temprano de pantallas se extiende a todas las áreas de desarrollo de los niños. Gilardoni mencionó que en el pasado se consideraba positivo que los niños interactuaran constantemente con la tecnología en las escuelas. No obstante, investigaciones recientes han revelado que esto no es beneficioso para el aprendizaje. «El objeto real había sido dejado de lado, pero se ha comprobado que las pantallas no favorecen tanto el aprendizaje como se pensaba», afirmó.
En este contexto, la UNESCO promueve una visión global de escuelas sin smartphones, y varios países ya han adoptado esta medida. Entre ellos, Gran Bretaña, Finlandia, Francia, Italia, China, Israel, Uganda y Australia han eliminado el uso de dispositivos móviles en el nivel primario. Gilardoni enfatizó que, después de los dos años, se puede permitir que los niños vean televisión, ya que esta es muy diferente a un dispositivo móvil. «La televisión no produce la misma adicción que el celular y el niño no está tan concentrado en un solo programa», argumentó.
Además, la especialista alertó sobre el uso de dispositivos móviles como herramienta para calmar a los niños. «Se ha perdido la función parental de buscar formas de calmar a los niños que no sean el celular», indicó. Según Gilardoni, el uso del celular como recompensa genera un exceso de dopamina, lo que hace que el niño busque constantemente esa sensación de recompensa, creando un círculo vicioso difícil de romper.
Gilardoni también observó un cambio drástico en el comportamiento de los niños con la introducción de dispositivos móviles. “He visto investigaciones que muestran cómo los niños, que solían ser exploradores y jugar al aire libre, cambiaron su carácter con la aparición del dispositivo móvil. Empezaron a tener rabietas, dificultades con la frustración, inestabilidad y agresividad, tanto hacia ellos mismos como hacia los demás”, detalló. Esta situación es preocupante, dijo, ya que los niños necesitan experimentar frustraciones para desarrollar resiliencia, algo que no se logra cuando se utiliza el celular como un medio constante de recompensa.
En cuanto a recomendaciones, Gilardoni sugirió que se limite el tiempo de uso de pantallas tanto para niños como para adultos. “Estamos en una era digital y no podemos ignorar los avances tecnológicos, que han solucionado muchos problemas. Sin embargo, estos avances no son necesariamente beneficiosos para los niños. Ellos necesitan jugar y tener interacciones reales con sus padres”, expresó. Aconsejó que los niños no tengan un celular propio antes de los ocho años, destacando que es común ver promociones de dispositivos móviles para niños durante el Día del Niño, lo cual contribuye a la falsa creencia de que más tiempo con el celular incrementa la inteligencia.
La doctora también enfatizó que los aplicativos para niños son en su mayoría estímulos-respuesta, lo cual no fomenta el pensamiento crítico ni la creatividad. «Un niño necesita aburrirse para pensar y crear. El uso excesivo del celular afecta su socialización y habilidades interpersonales”, subrayó. Gilardoni recordó que los primeros tres años de vida son cruciales para las conexiones neuronales, que se desarrollan a través de experiencias con el entorno, las cuales se ven limitadas por el uso excesivo de dispositivos móviles.
Finalmente, Gilardoni brindó un consejo a los padres sobre el uso de dispositivos móviles. «Si se decide permitir el uso del dispositivo, es importante establecer límites claros y firmes. Por ejemplo, permitir que el niño mayor de ocho años use el dispositivo solo por 20 minutos, respetando estrictamente este límite. El adulto debe ser consistente para que el niño aprenda a tolerar la frustración y respetar los tiempos», explicó. Además, indicó que la tecnología puede ser útil en la educación si es utilizada de manera didáctica por el docente y no sustituye las actividades exploratorias y creativas.
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