Mozos opinaron sobre el pago electrónico de propinas: “algunos clientes ya nos piden el alias para transferirnos directamente a nuestras cuentas”
En la ciudad de Posadas, la habilitación del pago de propinas a través de medios electrónicos generó diversas opiniones entre los mozos, uno de los sectores involucrados a la medida. En entrevistas realizadas a tres trabajadores del sector gastronómico, se reflejan tanto el escepticismo como la aceptación cautelosa ante esta nueva modalidad de retribución.
Ernesto Larrosa, con 38 años de experiencia como mozo en la confitería Vitrage, expresó su preocupación sobre cómo afectará el cambio al sistema de propinas tradicionales. “Nosotros estamos acostumbrados a recibir la propina en mano. Esto es personal y lo que nos da el cliente es un reconocimiento directo por nuestro trabajo”, señaló.
Larrosa teme que, con la implementación del pago virtual, las propinas se conviertan en un ingreso que quede en manos del establecimiento, lo cual considera injusto para los mozos que, como él, dependen de este ingreso diario. “No sé si la casa nos va a dar algo a fin de mes, pero no estoy de acuerdo con que las propinas vayan para el local”, añadió.
Por otro lado, Ricardo Trinidad, quien trabaja en Sukinho Café Bar y cuenta con 25 años en la gastronomía, ve el cambio de manera más positiva, y expresó que la gente ya se maneja de manera particular con los mozos y realiza el pago de propinas de manera virtual. “Hoy en día, muchos clientes ya nos piden el QR o el ALIAS para transferirnos la propina directamente a nuestras cuentas”, comentó.
No obstante, Trinidad enfatizó que las propinas no deberían ser obligatorias y deben ganarse a través de un buen servicio: “El mozo se tiene que ganar la propina, porque hay quienes no se la merecen debido a la falta de capacitación o por brindar una mala atención”. Asimismo, consideró que el sistema en el que cada mozo maneja su propia propina, como es el caso en Sukinho, es el más justo.
Lara Solís, moza en el Bar Español, opinó sobre la digitalización de propinas y consideró que es una solución práctica frente a la disminución del uso de efectivo, aunque advierte sobre la falta de costumbre en Misiones de dejar esta retribución a los trabajadores. Además, coincidió con el mozo anterior y contó que “hoy en día la gente está muy acostumbrada a usar transferencias, y muchos nos piden el alias para transferir la propina”.
Sin embargo, también destacó que en Posadas no todos los clientes están habituados a dejar propina y que cuando lo hacen, a menudo es en cantidades bajas. “Hay veces que, por ejemplo, gastan $60.000 en una cuenta y nos dejan $10 de propina, nos ha pasado, y uno siente que es casi una burla”, lamentó.
Las opiniones de estos tres mozos reflejan la incertidumbre y la diversidad de posturas frente a un cambio que podría alterar un aspecto fundamental de su trabajo diario. Mientras algunos ven la digitalización como una amenaza a sus ingresos, otros la aceptan como una adaptación necesaria, siempre y cuando se mantenga la justicia en la distribución de las propinas y el reconocimiento al buen servicio prestado.