El INTA desarrolla una nueva variedad de lechuga crespa que duplica su peso
Desde hace 15 años, el equipo de especialistas del Iabimo trabaja en la mejora del cultivo de lechuga, una de las hortalizas de hoja más consumidas en el mundo. Gracias a técnicas de edición génica, lograron apagar un gen específico que influye en el desarrollo de la planta, obteniendo así una variedad con características superiores.
Valeria Beracochea, investigadora del Iabimo, explicó que evaluaron numerosos ejemplares hasta encontrar aquellos con las características deseadas: mayor tamaño y floración retrasada. «La bautizamos como lechuga Cisne porque sobresalían notoriamente en el invernáculo», detalló Beracochea.
Gabriela Soto, directora del Laboratorio de Ingeniería Genética de Leguminosas del IGEAF, resaltó que lograron apagar un único gen de manera específica y precisa, lo que abre posibilidades para mejorar otras especies vegetales en el futuro.
Las pruebas realizadas en invernadero y sistemas hidropónicos durante tres generaciones confirmaron las características de esta nueva variedad. Actualmente, con la quinta generación de estas plantas, se están llevando a cabo ensayos a campo para evaluar su productividad y respuesta a variaciones climáticas y posibles patógenos o insectos.
«Con los resultados de esta evaluación, se podrá inscribir esta nueva variedad en el Instituto Nacional de la Semilla (Inase) y avanzar hacia su comercialización», afirmó Beracochea. Marisa López Bilbao, directora del grupo de mejoramiento de Asteráceas del Iabimo, subrayó la importancia de este desarrollo, ya que desde 1991 el INTA no registra una nueva variedad de lechuga.
La lechuga Cisne representa un avance significativo para la horticultura nacional, permitiendo a los productores comercializarla en menos tiempo y con mayor peso, lo que significa una ganancia directa para los horticultores.