
La pasión por los Cazafantasmas llevó a tres amigos de Posadas a crear una experiencia que trasciende la pantalla grande. Luis Polasek, Pablo Velázquez y Fabricio Olivera, fanáticos desde su infancia de la icónica película de los años 80, decidieron personificar a los personajes con trajes y equipos casi idénticos a los del film. Para ellos, no se trataba solo de un homenaje a sus héroes de la niñez, sino de una oportunidad para hacer algo significativo en su comunidad.