“Sé lo que le amo a mi hija, yo no le hice nada”, rompió el silencio la mujer acusada de apuñalar a su bebé en Posadas
Cervantes Martínez podría ser condenada este miércoles a una severa pena por los delitos de “hurto, adulteración de identidad de menor de 10 años y homicidio calificado por el vínculo en grado de tentativa”, todo en concurso real.
Cerrada la etapa de testigos, el Tribunal Penal presidido por César Yaya e integrado por Carlos Giménez y Gregorio Busse, le consultó a la imputada si quería declarar como lo había manifestado en la primera jornada del debate. La respuesta fue sí y sentó frente a los magistrados.
“Yo me entere que estaba embarazada cuando el embarazo ya estaba bastante avanzado. Anteriormente me había hecho otro estudio y me habían dicho que tenía piedras en la vesícula. Yo no me quería ir al médico porque no quería que me operen. Cuando me hice la ecografía, el médico me dijo que yo no tenía nada de panza para estar embarazada, ahí me enteré, estaba aproximadamente de 34 semanas, yo no entendía como porque yo a mi anterior hijo lo sentía en la panza. No podía ser que yo esté embarazada, para mí el médico se confundía”, comenzó contando Cervantes Martínez.
“Yo sabía que Sacha me iba a pedir los estudios que yo me hacía en el médico, por eso usaba el documento de mi amiga Paula. Me volví a hacer una ecografía y salió de nuevo que estaba embarazada, pero no sabía cómo contarle a él, porque creía que él se iba a enojar porque no teníamos nada para el bebé, quería comprarle algunas cosas antes de decírselo”.
Contó que esos primeros días de septiembre del 2020, sentía dolores insoportables por eso decidió irse hasta el Hospital de Villa Cabello. “Fui caminando al Favaloro y me dijeron que tenía que ir hasta el Neonatal porque estaba por tener a mi bebé. Cuando nació, yo le veía con la cara de mi otro hijo, por eso dije su nombre. Me quedé con ella todo el tiempo, no le quería dejar porque pensaba que Sacha me iba a sacar a mi bebé y me iba a culpar de que yo le oculte el embarazo”.
Recordó que tomó el colectivo de la línea 23 desde el Neonatal, pero sin recordar donde bajó. “Yo le tenía a ella conmigo, en el colectivo, pero no sé donde bajé, caminé mucho con ella en brazos. Empezó a llover y yo le tapaba a ella para que no se moje. Yo le hablaba pero nunca llegaba a mi casa y no sabía cómo llegar. Yo le decía que el papá se iba a enojar pero que nos iba a querer a las dos. Le conté que tenía un hermanito y que ella era muy parecida. Ese es el único recuerdo que tengo con ella”.
Ante las preguntas de la defensa y la fiscalía, respondía que “Mis hijos son lo más importante que tengo, trato de hacer videollamada con ellos todos los días, hacerles regalitos, para que ellos no se sientan solos. No sé lo que pasó, a todo el mundo le pido que me diga que pasó, pero nadie me explica, me da una bronca que nadie me explique. Yo le amo a mi hija, un montón, si sé que le hice eso a ella, nunca iba a pelear por tenerla, no fue así. Yo sé lo que le amo a mi hija, yo no le hice nada. En la comisaría, los policías me dijeron que yo le lastime a mi bebé, pero yo les decía que no, que era mentira”, cerró la acusada.
Clínicas clandestinas
La primera testigo de la jornada fue Sara Motta, amiga de la infancia de la hermana de Cervantes Martínez. Comenzó recordando que en la pandemia, cocinaban con sus familiares para los comedores comunitarios. “Me habla Luciana y me dijo que hace 3 horas su hermana había desaparecido. Tipo 6 de la tarde me voy a su casa, ellos habían iniciado una búsqueda. Le digo que tenía el auto de mi mamá, que la podía buscar y llevarla donde quería. Empezamos a buscar en los sanatorios, hospitales, clínicas, salitas, y todos nos decían que ella no estaba. Buscábamos también dentro de los basureros”.
Contó que al consultar con la Policía, los efectivos le sugirieron que buscasen en centros clandestinos de salud para saber si Cervantes Martínez no se podría haber hecho un aborto y que esa podía ser la razón de su desaparición.
“El lunes a la mañana hicimos un mate con mi marido y fuimos a preguntar a la morgue. Ese día a Alicia y Sacha les estaba llamando un número desconocido, uno de ellos dos atendió y dijo que Rita estaba en el departamento. Cuando llegando, ella estaba sentada en el sillón como zombie, con la mirada fija. La hermana le pregunta dónde estuvo y le atacó, le recriminó porque no la habían buscado, que la habían dejado sola. Le estiraba del pelo, nos pegaba a todos. Preguntaba por su bebé, pero le decíamos que estaba con Paula. Tenía odio en los ojos. Revise el bolso de Rita y vi un papel que decía que ella había estado internada. En el extremo de su locura, nos pedía por favor no volver a ese lugar”.
Tal vez te puede interesar leer: Tras la fuga de cuatro presos intervinieron la Comisaría Segunda de Oberá
Ese mismo día, “Me llega un mensaje de Lu que me decía `venite para casa porque a Tati la llevaron detenida´. Me mostró que habían encontrado una bebé cerca del río, que salió en las noticias, que parecía que era de Rita. Yo había leído antes la nota pero nunca lo hubiese relacionado con algo cercano a nosotros, porque ella no estaba embarazada”.
Cerraron las testimoniales cinco enfermeras que tuvieron alguna que otra participación antes, durante y luego del parto de la imputada en el Hospital Materno Neonatal.
El Tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta mañana a las 8:30 donde la Fiscalía y la defensa expondrán sus alegatos. Cerca del mediodía de este miércoles, podría conocerse la sentencia.