“La cata es una experiencia sensorial y el objetivo es describir con palabras sencillas el estilo del vino”, aseguró el director de la Diplomatura en Sommelier
En una reciente entrevista del programa Mesa de Sommeliers transmitido por el streaming de Misiones Online, el director académico y profesor de la Diplomatura en Sommelier, se refirió a la expansión de esta propuesta educativa y su impacto en distintas regiones del país.
El profesor contó que el proyecto se inició con el objetivo de formar personas capacitadas para trabajar en el “mundo del vino”, tras una feria que se realizó en Resistencia, Chaco organizada por Enzo Amato.
“El problema que le surgió a la organización de ese evento es que las bodegas, obviamente tener que viajar de Buenos Aires o de Mendoza a Resistencia, era un costo bastante importante. Entonces siempre te preguntaban: ‘¿tenés gente para trabajar?’, y la verdad es que no había. No había una opción educativa con respecto a esto. Entonces tuvo la idea de empezar a generarla, justamente como una necesidad anexa de lo que era el evento”, reveló.
De esta manera, se creó en 2019 el programa formativo que cuenta con la certificación de la Universidad de Chaco.
Chichizola abordó los desafíos y adaptaciones impuestos por la pandemia, y señaló que “la modalidad virtual surgió como solución en ese momento; no quedaba otra”. No obstante, aunque reconoció la viabilidad de las clases virtuales, enfatizó las complicaciones inherentes a la cata virtual, una actividad central en la formación de sommeliers.
“Si bien la modalidad virtual permitió continuar con la formación, la experiencia de cata se ve afectada significativamente. No es lo mismo; la cata virtual impide que todos experimentemos el mismo vino de la misma botella y copa, lo que afecta la percepción compartida y directa del vino”.
Además de las consideraciones académicas, Chichizola destacó la expansión del programa a nuevas áreas, el cual comenzó en Puerto Iguazú y posteriormente se abrió en Posadas. “Nos interesó mucho Posadas porque, a diferencia de Puerto Iguazú, que tiene mucha vino de tránsito, aquí se consume y se compra vino de manera más estable y continua”, indicó.
Destacó que, aunque la diplomatura tiene como objetivo la salida laboral, “el concepto de sommelier tiene que ver con un comunicador, justamente, más allá del servicio. Cuando vos estás vendiendo un vino, cuando vos estás sirviendo un vino, de alguna manera lo tenés que comunicar y esa es la principal función del sommelier”.
Y completó: “Lo que nosotros también vemos un poquito es tratar de llevar esta propuesta educativa al lado del consumidor también”.
Por último, indicó que buscan que tanto los vendedores como los consumidores salgan de su “zona de confort”, es decir, de los vinos tradicionales y se abran a degustar nuevas alternativas de la bebida, teniendo en cuenta que Argentina es un país con renombre internacional en lo que a esta industria se refiere.
“La cata es una experiencia sensorial, aunque la técnica se vale de parámetros mediante los que se establecen intensidades altas o bajas con la intención de describir técnicamente al vino, pero el objetivo final es describir con palabras sencillas el estilo del vino. A veces, cuando uno no está en ese plano por ahí la conclusión es ‘me gustó más el de Salta, o el de Mendoza, o el de la Patagonia’ y eso ya es un buen inicio para descubrir cosas nuevas en el vino”, enfatizó.
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