25/11/2024
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Después de los cinco meses más largos de la historia y justo cuando las noticias de rebrotes que llegan de la vieja Europa hacían tambalear la teoría de la inmunidad del rebaño, apareció una luz al final del túnel del coronavirus. Un esfuerzo sin precedentes de la comunidad científica mundial permitió que a menos de un año de la irrupción de un virus del que no se tenía registro previo, haya varias vacunas en sus últimas etapas de desarrollo.

 

Gracias a las reconocidas capacidades argentinas en el área de ciencias, tanto en el sector público como en el privado, el país participará en la fabricación de una de las vacunas, lo que le permitirá tener acceso a ella en un lapso estimado de seis meses. Las proyecciones más optimistas plantean incluso la posibilidad de antes de fin de año se pueda vacunar a la población de mayor riesgo.

 

El rol del Estado será fundamental para garantizar la accesibilidad plena a la nueva vacuna, ya que de ello dependerá la posibilidad de cortar la circulación del virus. La disponibilidad del medicamento será fundamental, pero también la obligatoriedad de su aplicación, algo que deberán entender los grupos antivacunas, los que denuncian una conspiración del nuevo orden mundial, los que están convencidos de que Bill Gates puede meter un chip en una jeringa para ejercer el control intravenoso de la humanidad y los portadores de otras formas de la estupidez humana.

 

La firma del acuerdo entre el laboratorio anglosueco Astrazeneca y la Universidad de Oxford, con el laboratorio argentino mAbxience, para producir en el país la vacuna contra el coronavirus SARS-CoV2 fue anunciada por el presidente Alberto Fernández, lo que generó esperanzas en un contexto difícil.

 

Pero la solución que asoma en un horizonte no tan cercano no debería distraer a nadie de los rigores que impone el presente. Con curvas de contagios y muertes aumentando todos los días, con circulación comunitaria declarada en 14 provincias, no es momento de relajar las medidas de distanciamiento social en aquellos territorios que no pueden darse el lujo de hacerlo, especialmente provincia y Ciudad de Buenos Aires.

 

De allí que el presidente Alberto Fernández; el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta hayan anunciado la continuidad del aislamiento social, preventivo y obligatorio hasta el 30 de agosto en todo el AMBA.

 

Pero el riesgo no se restringe a las zonas más densamente pobladas, los territorios con menor cantidad de contagios no están exentos de cambiar bruscamente su situación. El caso de Jujuy es paradigmático en ese sentido, después de más de 100 días sin contagios sufrió un brote que puso a sus sistema de salud al borde del colapso y ni siquiera el gobernador Gerardo Morales se salvó.

 

Misiones bajo control

 

Inserta en un contexto nacional crítico y corriendo con el riesgo agregado de una extensa frontera con estados brasileños desbordados por los contagios de coronavirus, Misiones sigue transitando la pandemia con tranquilidad. En buena medida gracias a la decisión del Gobierno provincial de tomar el toro por las astas y adoptar medidas de distanciamiento social antes de que lo dispusiera el Gobierno nacional, pero también por la disciplina de la gran mayoría de los misioneros en el cumplimiento de las mismas.

 

En la provincia hoy no hay ninguna cama de hospital o sanatorio ocupada por un enfermo de coronavirus, lo que representa un alivio para el sistema sanitario que puede continuar dando respuestas a las personas aquejadas por las demás patologías y para la economía que continúa el camino de la progresiva reactivación de la mayoría de las actividades.

 

Misiones emerge como un santuario de trabajo, producción y también de naturaleza. La provincia se convirtió en un refugio de la pandemia y de la cuarentena que muchos argentinos miran no sin algo de sana envidia. La gran mayoría de la gente lleva una vida bastante parecida a la que tenía antes de la pandemia, sale, se recrea, trabaja, estudia. La anticipación con la que actuó el Gobierno provincial para preservar la salud de la población y las medidas adoptadas para contener la caída de la economía en las etapas más estrictas de la cuarentena resultaron fundamentales para este presente.

 

El cierre de las fronteras eliminó la competencia desigual con el comercio paraguayo lo que redundó en un incremento en las ventas del comercio, especialmente en Posadas. Según datos de la Secretaría de Hacienda, en junio se evitó la fuga de casi 5.700 millones de pesos gracias al cierre del puente, lo que se tradujo en una mayor facturación para el comercio local.

 

La reactivación podría ser más vigorosa, pero problemas con el abastecimiento de distintos productos lo impiden. Con el Gobierno nacional regulando la salida de dólares por importaciones y muchas fábricas cerradas o trabajando a media máquina por la pandemia, hay serios problemas en el suministro de electrodomésticos, electrónica, materiales de construcción y un largo etcétera.

 

El agro también atraviesa una situación mejor a la que tenía antes de la pandemia. Con los precios de la hoja verde y la canchada por las nubes, hay que ir muchos años atrás para encontrar un mejor momento que el actual para la yerba mate. De la mano del repunte de la construcción, la forestoindustria también experimentó una mejora sustancial después de varios años de vacas flacas.

 

El tabaco cerró el acopio de la campaña 20/21 con alrededor de 30 millones de kilos, bastante más que lo que había sido proyectado, se lograron precios relativamente buenos, todo se pagó en tiempo en forma y los retornos del FET llegan con regularidad.

 

Seguramente la actividad más afectada por la pandemia fue la tealera. Altamente dependiente de las exportaciones, este sector sintió con dureza la caída en la demanda de Estados Unidos, el principal comprador de té misionero que suspendió prácticamente todos los embarques que estaban previstos.

 

Por fuera de la agroindustria, el gran perdedor es el turismo. Más allá de la posibilidad de ir a una mayor apertura del turismo intraprovincial, el sector depende de la habilitación de la llegada de visitantes de las demás jurisdicciones para generar niveles de ingresos que se acerquen  a los anteriores a la pandemia, pero esa posibilidad difícilmente llegue antes que la vacuna.

 

La previsible postergación de los vuelos de cabotaje, que estaba prevista para el 1 de septiembre, fue recibida con desaliento por empresarios del sector, especialmente los de Iguazú. Allí incluso algunos deslizaron la posibilidad de exigir la reapertura del puente Tancredo Neves, pero se desdijeron con la misma rapidez con la que los iguazuences multiplicaban en redes sociales el rechazo a la posibilidad de habilitar una conexión con el estado brasileño de Paraná, donde la cantidad de contagios superó los 100 mil.

 

Zona franca y baja de impuestos

 

Desde la secretaría de Hacienda dieron a conocer la letra chica del pedido formulado por el Gobernador Oscar Herrera Ahuad al presidente para hacer realidad el viejo anhelo de que Misiones cuente con un esquema impositivo diferenciado al del resto del país. No por un capricho, sino para que la economía provincial pueda limar las marcadas asimetrías con los países vecinos, especialmente con Paraguay.

 

El pedido de Misiones consta de dos componentes: una reducción general de impuestos y la creación de una zona franca exportadora que le permita capitalizar su posición geográfica para llegar a los mercados de la región.

 

Para todas las empresas radicadas en la provincia pide que las alícuotas del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y del Impuesto a las Ganancias se reduzcan a 10% y de las contribuciones de la Seguridad Social a 16,5%. Mientras que para las empresas de bienes y servicios de cualquier tamaño que se dediquen a la exportación o demuestren su inserción en la cadena exportadora, pide directamente la eximición de todos los impuestos nacionales.

 

El Gobierno provincial solicita además, como medida temporal mientras se implementa este nuevo régimen, la creación de un Fondo Compensatorio de Asimetrías Fronterizas equivalente a 7.500  millones de pesos anuales que equivaldrían al sobrecosto impositivo que todos los años deben afrontar los misioneros.

 

Según surge de un estudio comparativo, los precios en Paraguay son -en promedio- 28% menores que los de Misiones, diferencia que se explica enteramente por asimetrías impositivas.

 

En Paraguay el IVA tiene alícuotas del 5% y del 10% mientras que en Argentina dicha alícuota es de 21%, que en muy pocos casos se reduce a 10,5%. En lo referente a Ganancias, en la vecina orilla la alícuota es de 10% para residentes y 15% para no residentes, bastante menos que la alícuota de 30% que rige en Argentina. Algo menor, pero igualmente significativa es la diferencia en lo que respecta a cargas sociales: mientras un empleado en Paraguay tributa el 16,5% sobre la masa salarial, de este lado del río dicha alícuota asciende al 24% o más.

 

“El motivo de la reducción de las alícuotas de Impuesto al Valor Agregado y del Impuesto a las Ganancias al 10% y de las contribuciones de la Seguridad Social al 16,5% es poner en igualdad de condiciones a empresas y consumidores misioneros respecto de empresas y consumidores paraguayos. Si se compara las alícuotas vigentes en el año 2018 para los mencionados tributos, el Pueblo Misionero tuvo que realizar un esfuerzo financiero de casi el 7% del presupuesto provincial por valor de AR$7,351 millones debido a las mayores alícuotas en nuestro país”, argumenta el escrito presentado por el Gobernador.

 

A las asimetrías impositivas mencionadas, se suma que territorios limítrofes, tanto en la República del Paraguay como en la República Federativa del Brasil cuentan con programas específicos de beneficios para la radicación de inversiones así como para la instalación de zonas francas, en especial la creación de tiendas libres de frontera (lojas francas) en 28 ciudades fronterizas de Brasil. Por su lado, la República del Paraguay a partir de la Ley 523/95 creó el Régimen de Zonas Francas con exención del Impuesto al Valor Agregado.

 

Por otra parte, según estimaciones de Hacienda, la creación en Misiones de una zona franca para exportadores y proveedores de dichos exportadores, atraería inversiones a la provincia en sectores capaces de generar empleo de valor agregado con un crecimiento de las exportaciones en 1.100 millones de dólares anuales, el triple del valor actual.

 

Los cálculos señalan que el incremento previsto en las exportaciones generarían ingresos al Fisco Nacional por hasta 22.500 millones de pesos anuales en concepto de derechos de exportación así como el mayor consumo interno en casi 72.000 millones anuales compensarían los costos fiscales de las medidas propuestas del orden de 4.500 millones de pesos anuales.

 

Como antecedente se encuentra el artículo 5 de la Ley 19.640 que habilitó la exención de impuestos nacionales y la creación de una zona franca en todo el territorio de una provincia (Tierra del Fuego), con resultados favorables como la radicación de empresas tecnológicas y el aumento de exportaciones y empleo local a largo plazo.

 

 Un espaldarazo a la economía del conocimiento

 

En su última sesión, la Legislatura creó el centro regional de innovación Silicon Misiones que busca promocionar la economía del conocimiento tecnológico, con la interacción de diversos sectores, para generar oportunidades de jerarquizar a los talentos de la provincia. En la práctica es un eslabón que le da continuidad a la cadena que inicia con la Escuela de Robótica, la Escuela de la Innovación, capacitación online gratuita y conecta con otras organizaciones del conocimiento como polos tecnológicos y el Parque Tecnológico.

 

El diputado Carlos Rovira, autor del proyecto, explicó en los fundamentos que concibió “Silicon Misiones” como un espacio “para el desarrollo, capacitación y expansión de vocaciones tecnológicas, con el objetivo de unir todas las arterias del conocimiento, desarrollando y promoviendo habilidades y talentos para el emprendedurismo, el desarrollo de aplicaciones y diseño de ideas”.

 

El legislador precisó que el objetivo es “contribuir en la preparación de jóvenes para formar a la próxima generación de creadores, capacitados para trabajar con tecnologías en la nube; en pos de crear los empleos del futuro en tecnología y habilitar a los estudiantes a prepararse para acceder a esos puestos”.

 

De acuerdo a un Informe de Abeceb, el sector de la Economía del Conocimiento ocupa a más de 600 mil personas registradas (cifra superior al sector primario -agro, ganadería, minería y PyG- y al sector Construcción) en más de 70 mil firmas. Por su parte, es el tercer complejo exportador de Argentina con 6.282 millones de dólares en 2019, más de dos tercios debido a los Servicios Profesionales.

 

Un pedazo de selva en medio de Posadas

 

Posadas tendrá una reserva de unas 350 hectáreas entre tierra firme, área costera y aguas en la Cuenca del Zaimán. El diseño del bioparque es de la Municipalidad de Posadas y cuenta con el apoyo legislativo de un proyecto de ley también presentado por Carlos Rovira.

 

Será una plataforma de acceso a la fauna y a la flora de Misiones, con un aporte de aire puro a la ciudad que se extienden. Su superficie supera a las 182 manzanas del casco histórico de Posadas y le agrega diversión y esparcimiento al aire libre a la ciudad. Allí se podrá caminar, navegar, pasear en un tren ecológico, patinar, andar en bicicleta y hasta cabalgar.

 

 

 

Es que el conjunto suma tierras del municipio y parte del suelo que está bajo la jurisdicción de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). El Jardín Botánico “Alberto Roth” triplicará su superficie y el diseño presentado por el arquitecto Diego Paredes, secretario de Planificación Urbana de Posadas, prevé un tren ecológico con varias estaciones, juegos para niños y gomones para recorrer el Zaimán.

 

El núcleo de lo que será el Bioparque Natural Alberto Roth, ya existe. Es el Jardín Botánico en el extremo sureste de Posadas. Pero a sus 11 hectáreas se sumarán otras 19 recuperadas por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) de zonas costeras.

 

La Cuenca del Zaimán, que será una de las más grandes del país junto a la Reserva Ecológica de Buenos Aires, con 350 hectáreas, se divide en dos partes. Según el proyecto de Rovira, cuenta con una superficie urbana y periurbana identificada como Cuenca del Zaimán bajo, medio y principal de la ciudad de Posadas.

 

El sector principal, ocupa la parte superior del arroyo Zaimán. Se trata entonces, de un Área Natural Protegida con categoría de usos múltiples, que comprende a las tierras desde el puente sobre la ex Ruta Nacional N° 12 aguas arriba.

 

Y la zona que comprende a la superficie del Zaimán inferior  -desde el puente sobre la ex Ruta Nacional N° 12- aguas abajo hasta su unión con el Río Paraná- se denomina Bioparque Natural Alberto Roth.

 

 

 

 

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