29/03/2024
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Argentina en default ambiental

El indicador que meuestra a la Argentina en default ambiental, desarrollado por la Global Footprint Network (GFN, Red Global de la Huella Ecológica, por sus siglas en inglés), busca generar conciencia y actúa como indicador global de la velocidad en la que estamos “consumiendo el planeta”. La fecha del calendario no es fija, sino que se modifica cada año, basada en el consumo y uso que la humanidad realiza de los bienes y servicios naturales y la capacidad de respuesta que tienen los ecosistemas para reponer esos recursos.

Este indicador muestra que a partir del 24 de junio todo lo que se consume queda en el “debe” de la cuenta de los recursos naturales que se generan en el país.

 

Jaramillo explicó que default significa que gastamos el 24 de junio todo lo que el país podía reponer en un año de naturaleza en términos ecosistémicos.  “Es como si estuviésemos haciendo tumba, rosa y quema, y volviendo a hacerlo más rápido antes del tiempo necesario para que se recupere, es decir, estamos consumiendo más de lo que tenemos y por eso estamos en default”.

Asimismo, el ambientalista alertó “cada vez estamos peor”, ya que este índice se calcula desde 1970, desgranado por país y en ese año se necesitaba un planeta para dar respuestas al consumo, mientras que hoy se necesitan 1,75 planteas “todo lo que pedimos: fertilidad de suelos, agua y diferentes elementos que dan cuenta de nuestra mayor demanda. Año tras año le vamos quitando al planeta la capacidad de reponerse, su biocapacidad”.

 

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“Hemos gastado en un año todo lo que el país podía reponer de naturaleza” dijo Jaramillo y lamentó en Argentina la situación esta peor, ya que nuestro sistema de producción y consumo no está respetando la no conversión de ambientes naturales, la no contaminación de las aguas y si todo el mundo tuviese este sistema, necesitaríamos dos planteas para abastecer a toda esa supuesta humanidad argentina”.

 

En relación a otras provincias, Misiones se destaca en políticas ambientales

 

Respecto a Misiones, destacó los avances de la provincia en políticas ambientales, ya que según recordó, “Hasta el año 2000 tenía una taza de deforestación muy alta, que era de 45 mil hectáreas por año, hoy ese número no debe superar las 4 mil hectáreas por año. Además, avanzó en cambios de producciones agresivas a amigables”.

 

Por otra parte, alertó que la amenaza de Misiones hoy puede ser la ganadería, que migró de los lugares tradicionales de Argentina y provoca una deforestación encubierta, ya que se hace un parquizado que provoca la muerte de los árboles.

Sin embargo, remarcó que Misiones es una de las provincias que tiene mayor superficie de áreas protegidas, tanto nacionales, como provinciales, públicas y privadas.

“Misiones esta avanzada con el Ministerio de Ecología y está mejor que las provincias patagónicas que hoy dependen de lo que no se debe hacer, de extraer combustible fósil” manifestó y sostuvo que “la biocapacidad de Misiones es mayor que el de las provincias patagónicas”.

 

Cómo mejorar los índices

 

Manuel Jaramillo recomendó que es necesario reducir la huella ecológica, modificando el sistema de producción, no transformar ambientes naturales, no utilizar agro insumos, no contaminar aguas, ni pescando más de que los mares pueden reponer” entre otros “malos hábitos”.

 

“Es necesario repensar que podemos hacer para consumir productos menos agresivos para el planeta”, finalizó.

Estos datos, presentados por la Fundación Vida Silvestre Argentina, están basados en datos de la Huella Ecológica, que mide los recursos naturales que tenemos y cómo los utilizamos.

“Para nuestro país, la fecha es un mes antes que el promedio global y los datos dejan en evidencia que si todo el mundo viviera como lo hacemos en Argentina, se necesitarían alrededor de dos planetas para abastecer los recursos naturales que sostienen nuestro sistema de producción y consumo”, afirmó.

Y agregó: “La única manera de retrasar esta fecha es a través de un verdadero cambio en nuestra forma de vida. Desde el modo que consumimos y producimos los alimentos, hasta la manera en que nos movemos, cómo conseguimos nuestra energía e incluso en qué invertimos nuestro dinero. Y si bien todas las personas podemos hacer algo para demorarla, hacen falta también cambios a gran escala desde los gobiernos y el sector privado. Nuestro país, por ejemplo, tiene la posibilidad de aumentar los compromisos asumidos en el Acuerdo de París. Podemos plantear un compromiso mucho más ambicioso de reducción de emisiones si buscamos enfrentar realmente el problema del cambio climático, a través de la inversión en políticas de eficiencia energética o energías renovables, en el transporte, en la construcción e incluso en los sectores agropecuario y forestal”.

La Argentina se encuentra dentro de los países que aún cuentan con reserva de biocapacidad – entendida como sus reservas en términos ecológicos- para producir recursos y proveer servicios ambientales, detrás de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay, según la GFN. Pero, hay datos alarmantes que dan cuenta que aún hay mucho por hacer al respecto, considerando además que a pesar de nuestra alta biocapacidad estamos por encima de la media a nivel mundial.

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